domingo, 24 de septiembre de 2017

La escritora sin palabras

En este momento en que os escribo cae la tarde. Es sábado. Sí, aunque sé que será mañana cuando  leáis esta entrada, es en este momento, mis queridos lectores, cuando he sentido el deseo irrefenable de escribiros.La espoleta que ha disparado este ansia ha sido la lectura en el muro de Facebook de un amigo la siguiente frase:


"En la Cataluña de hoy Serrat es un facha y Otegui un héroe. Creo que está todo dicho".

Efectivamente, qué queda por decir después de esto. Todo lo que a una se le viene a la cabeza está lleno de amargura y tristeza, sentimientos contra los que lucho día a día para evitar que tiñan mi vida de un halo gris y tétrico. Pero por mucho que pugne contra ello,  ahora me embarga la congoja y me deja sin palabras.

¿Qué estamos haciendo?¿Cómo hemos llegado a esta situación?

No cabe duda de que la responsabilidad ha de ser compartida. Hemos creado una sociedad que no funciona, en la que una parte no conoce ni reconoce en absoluto quiénes han sido en este país, en esta España mía y vuestra  que dice la canción, los artífices de la democracia, de las libertades civiles, del estado de bienestar. No lo conoce porque no cabe en ninguna cabeza sensata que no sea por otra causa que por ignorancia el desprecio y la falta de actitud de respeto a las instituciones y a la legalidad, que se está mostrando, más allá de ocultar años y años de nepotismo y corruptelas.

Si dicen que vivimos en un estado opresor que no saben, no tienen ni la más remota idea lo que es vivir realemente en una dictadura. No saben lo que es no poder hablar con libertad en ninguna lengua, ni siquiera en castellano, ni expresar disconfomidad, ni tener una orientación sexual distinta.No saben lo que es no poder ejercer un cargo públic libremente en determinada región porque podrías, como así era, recibir un tiro en la nuca. No saben lo que es escuchar la explosión de una bomba en un centro comercial y que mate inocentes para reivindicar la independencia... No saben o no quieren saber.

Podría decir que siento vergüenza al ver a algunos  esos políticos jóvenes, que venían a cambiar el modo de hacer, ser unos irresponsables al tirar por tierra y menospreciar aquello por lo que tanto hemos luchado.

Recuerdo el 15M de 2011, recuerdo a esos indignados. Recuerdo como el 20N de ese año ganó el PP por mayoría absoluta. Y, ahora, veo con tristeza que siguen sin haber aprendido nada, alineándose con quienes solo quieren tapar sus casos de corrupción bajo la bandera de la independencia y vitoreando a quien se alegraba por cada muerto que caía a manos de ETA.


Nada se puede razonar contra lo que no conoce la razón, no se puede hablar con quien te deja sin palabras.

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