sábado, 26 de diciembre de 2015

¿Cómo estás?... ¡Pues anda qué tú!

Últimamente ando un poco alarmada con ciertas actitudes que, aunque quiera ser benévola, no puedo dejar de tildar de violentas. Sobre todo a nivel verbal y en las redes sociales.

Me refiero, más que nada, a esos hilos en los que se comienza por parte de alguien exponiendo una opinión y se termina acordándose de la madre que parió a Panete (que por cierto no sé quién fue, a pesar de que lo mencionamos mucho). Son como el famoso chiste en el que alguien preguntaba: ¿Cómo estás? y el otro contestaba suspicaz: ¡Pues anda que tú?

No seré yo la que me muestre melindres con el uso de ciertas palabras, digamos, malsonantes, o de los tacos. Hay situaciones ante las que no cabe otra cosa que una buena palabrota. Pero el abuso que en muchas ocasiones se observa, como ya digo, en las réplicas y comentarios, me parece fuera de lugar. Y lo más gracioso es que muchos de los que usan este tipo de lenguaje lo hacen exigiendo respeto y dando lecciones de libertad de expresión.

Lo siento, pero no me gusta. Ni siquiera en amigos y amigas a los que quiero y admiro.

Tal vez no se den cuenta de que esa forma de expresarse, cuando es por escrito, aumenta ese caracter de desmedida y disminuye la posible razón que se tenga. O, lo que ocurre, es que hemos derivado a una incapacidad para discutir sin insultar, a base de ver los "maravillosos" ejemplos que por los medios de comunicación se nos presentan (y de los que me niego a hacer publicidad gratuita). También, lo sé, juega un papel importante el anonimato. En muchas ocasiones, quienes son incapaces de decírtelo a la cara (y eso me ha pasado a mí) se refugian en el anonimato de las redes para convertirse en el gallo del corral.


Nos revolvemos contra la violencia física, hablamos de paz y de convivencia, cuando nuestras palabras están diciendo otras cosas. No solo las bofetadas hacen daño, también los insultos y los improperios hacen mella. Y hay quien tiene la lengua muy suelta y la palabra disonante presta.

En fin, que es sano discrepar, pero no lo es poner  como chupa de domine a quien no está de acuerdo con nosotros. Eso no es libertad de expresión sino mala educación, así de simple.

Sed felices!


3 comentarios:

  1. Pues sí.
    Es una pena que no sepamos conversar y vemos como los insultos se expanden de cualquier forma y en cualquier lugar.
    No me gustan las palabras malsonantes, palabrotas o como las queramos llamar y es lógico que podamos discrepar, para los gustos los colores, faltaría más.
    Los programas basura no hace falta comentarlo, supuestamente los más criticados pero a la vez los más vistos. ¿tenemos tanta necesidad de insultar, gritar, menospreciar... a los demás?
    Como diría aquel famoso filósofo: "Solo sé que no sé nada" pero vamos esto es hablar por hablar.
    Saludos desde Alcalá.

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  2. Gracias por vuestros comentarios. Abrazos.

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