jueves, 13 de junio de 2013

Lo que tiene que pasar...

Lo que tiene que pasar, pasará.
Quizá extrañe a mis lectores esta reflexión, que se podría encuadrar en una actitud un tanto fatalista, cuando en otras muchas ocasiones no me he cansado de comentar sobre la necesidad de llevar las riendas de nuestra propia vida.
Nada más lejos de mi intención que entregar el rumbo de mi existencia al fatum, pero no cabe duda, muchos acontecimientos se van fraguando a lo largo del tiempo y, al final, resultan ser lo que no podían ser de otra manera.
Lo mismo que cuando vemos negros nubarrones en el horizonte sabemos que la tormenta se desencadenará, los hechos  que jalonan  una trayectoria van sirviendo de evidencias para adelantar el resultado.
Por eso es difícil llamarse a engaño e intentar justificarse contra todo pronóstico.
Al albur de los acontecimientos, una vez que suceden, no nos queda otra que asumirlos y seguir hacia delante, seguramente no de la misma manera que hubiéramos querido, ni con los compañeros de viaje que soñamos un día que nos acompañarían, pero siempre con la mirada en el horizonte.
Sun Tzu, en su libro El arte de la guerra, nos dice que no debemos pelear en cuesta, pues daremos ventaja a nuestro enemigo y nos desgastaremos. Tal vez se trate de eso: aceptar que lo que tiene que pasar pasará  es, de alguna manera, allanar el camino para seguir andando.

Sed felices.

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