lunes, 22 de octubre de 2012

Dame pan....

Lo confieso, me he enterado de los resultados electorales esta mañana. Ayer no me asomé a una sola televisión, pues, y pido perdón por la petulancia, los resultados estaban cantados.

Desde que me dedico a este mundillo de la política, siempre he escuchado eso de que el pueblo ha hablado y de que el pueblo no se equivoca, adjudicando a éste la infalibilidad. Bien, pues nunca he estado de acuerdo, porque si no hay individuos infalibles, y por mucho que se junten formando un conjunto, semejante virtud no va a brotar. Lo que ha pasado es lo que viene pasando desde hace tiempo, que unos siguen votando a los suyos, y lo seguirán haciendo, aunque ya no solo les saquen un ojo sino los dos, y los de la otra orilla no encuentran ninguna esperanza entre los que son su lugar común, porque ahora lo que toca es economía y de eso se supone entiende menos la izquierda. En la misma línea está el voto nacionalista, barriendo los euros para casa.

Lo que ha quedado palmario, tras estas elecciones, es que preocupa más el pan que los derechos, o vender un nacionalismo económico, que rezuma por todos los lados irrealidad. Yo, que he participado, desde la base, en las discusiones de los programas electorales de distinto rango de mi partido, siempre he tenido la misma certeza, y es que el discurso programático está totalmente apartado de la realidad. Cada vez importan menos las ideologías, en una sociedad  cada día  más individualista, y se tolera más que me llames tonto, si me das un chusco de pan, que el que pierda mi equipo favorito.

En fin, que esa autocrítica que compañeros míos piden no está de más, pero creo que el tiro no está en los nombres solo - que sí , que yo soy la primera que creo que hay que renovar las caras-  sino en como hacemos llegar a esa parte de los ciudadanos soluciones reales a través de un discurso renovado y acorde con los retos.

En esta guerra de desgaste, con la sangría del paro vaciando las venas del país,  a  muchos les da ya igual quien sea el panadero, aunque éste se coma el pan y nos deje las migajas.

Sed felices

1 comentario:

  1. Muy buena reflexión, pero es que lo que ya no se entiende es que la gente vote no a los que les dejan las migajas, sino a los que les están quitando hasta esas migajas... ¿Es que no lo ven?

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