lunes, 24 de septiembre de 2012

Pensar como sentimos....

Hace varios meses, quizá ya un año, no lo recuerdo bien, escribí un relato de estos cortitos que a veces me salen, y que se denominaba Dualidad. En él describía a dos personas que convivían en un mismo cuerpo. Sí, sí, habéis leído bien. Pero nada de dobles personalidades ni extrañas patologías mentales, simplemente la realidad de que nos muestra como somos capaces de movernos a un lado y a otro de la razón y de la emoción.

Hago esta reflexión porque llevo toda la mañana preparando por una parte una mesa redonda sobre componentes electrónicos, y por otra la presentación de el libro que abre mi proyecto editorial y cerrando también algún que otro evento cultural.

Electrónica y literatura. ¿Pueden ser dos actividades más tangencialmente opuestas? Pues ambas llevan conviviendo en mi mente toda la semana, y ambas, de momento, con bastante armonía.

A partir de esta exposición no puedo por menos que concluir que, por suerte, nuestra capacidad de actuar no es lineal, ni siquiera única, o por lo menos para mi no lo es, y creo que no es bueno que lo sea.

Siempre me han dado miedo las personas inflexibles y de criterios muy claros que saben siempre por donde ir y que también están convencidos de que es el camino correcto y no otro. Personas que se ven así mismas como cuadros terminados en los que ya no cabe una sola pincelada, como textos escritos, de los que ya no cambian una coma, como personas hechas y maduras que ya están de vuelta de todo, y que se encuentran encantados en ese inmovilismo suficiente.

Para mi no hay nada más emocionante que la capacidad de cambiar, de transformarnos según los retos que la vida te pone en el camino. No hablo de ser una veleta, ni una persona sin criterio, sino abrirnos a nosotros mismos para poder experimentar, por tanto avanzar. Esto conlleva, no cabe duda, tener un sentido de a existencia que va más allá de buscar la seguridad, la tranquilidad y sobre todo el control de todo lo que hacemos y pensamos, porque la mayoría de las veces hacemos lo que pensamos, no lo que sentimos, a pesar de que son nuestras emociones las que,  guiando a la razón, nos llevan a la felicidad.

En fin, que me toca seguir conjugando esta extraña combinación....¡Un momento! Caigo en la cuenta de que electrónica y literatura, juntos, han dado a luz el e-book. Vaya, al final,  caminos que parecían divergentes acaban por encontrarse si somos capaces de aventurarnos en ellos y les damos una oportunidad.

Sed felices.






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