No, no voy hablar de los héroes de la Termópilas, en uno de esos juegos que me gustan de historia y actualidad .
Titulo mi entrada con esta cifra porque esas son exactamente, junto con ésta última, las que he escrito y ofrecido a mis lectores, a través de este blog.
Trescientas ventanas abiertas a las que vosotros y yo nos hemos asomado, que han ido jalonando mi vida durante dos años.
Mediante "Mi vida en tacones" he podido dar rienda suelta a mis reflexiones sobre la manera de ver temas de muchas clases: humanos, políticos y profesionales, pero siempre desde la sinceridad más absoluta. Porque quienes me conocen personalmente saben que así soy yo, tal y como me presento a través de estos pequeños escritos: apasionada, sensible, tenaz y siempre con ese punto de optimismo que me ha mantenido durante mi vida y mis avatares.
Trescientas veces me he sentado ante el teclado, unas con más fortuna que otras, para contaros aquello que me sucedía o lo que pensaba, e incluso me he permitido la osadía de poner ante vuestros ojos pequeños cuentos o relatos inventados. Os he hablado de mi familia, de mis amigos, de aquellos que me abandonaron y de quienes se han sumado a mi camino. También he compartido a través de él y con vosotros lo que he ido aprendiendo y que me sirve para seguir en este camino que un día decidí tomar, de reiventarme a los cincuenta, y en el que continuo caminando, una vez tropezando con piedras y otras recogiendo flores.
El 30 de mayo de 2010 inicié esta aventura virtual, con la primera entrada en la que explicaba el por qué del nombre y que concluía así:
"No sé si la primavera fue la culpable, pero casi al mismo tiempo que empezaron a salir las hojas, me comenzaron a brotar las ideas... La primera que tenía que reiventarme, aprovechar mi bagaje profesional y tirar "p'alante. Y aquí estoy, escribiendo la primera entrada de mi blog, en el que espero ir contando mis experiencias".
Y así lo he hecho.
Bien, cierro esta entrada, una vez más con esas dos palabras que no son simplemente un recurso, son un deseo profundo de que lo logréis y espero seguir contando con vuestra compañía.
Sed felices.
Titulo mi entrada con esta cifra porque esas son exactamente, junto con ésta última, las que he escrito y ofrecido a mis lectores, a través de este blog.
Trescientas ventanas abiertas a las que vosotros y yo nos hemos asomado, que han ido jalonando mi vida durante dos años.
Mediante "Mi vida en tacones" he podido dar rienda suelta a mis reflexiones sobre la manera de ver temas de muchas clases: humanos, políticos y profesionales, pero siempre desde la sinceridad más absoluta. Porque quienes me conocen personalmente saben que así soy yo, tal y como me presento a través de estos pequeños escritos: apasionada, sensible, tenaz y siempre con ese punto de optimismo que me ha mantenido durante mi vida y mis avatares.
Trescientas veces me he sentado ante el teclado, unas con más fortuna que otras, para contaros aquello que me sucedía o lo que pensaba, e incluso me he permitido la osadía de poner ante vuestros ojos pequeños cuentos o relatos inventados. Os he hablado de mi familia, de mis amigos, de aquellos que me abandonaron y de quienes se han sumado a mi camino. También he compartido a través de él y con vosotros lo que he ido aprendiendo y que me sirve para seguir en este camino que un día decidí tomar, de reiventarme a los cincuenta, y en el que continuo caminando, una vez tropezando con piedras y otras recogiendo flores.El 30 de mayo de 2010 inicié esta aventura virtual, con la primera entrada en la que explicaba el por qué del nombre y que concluía así:
"No sé si la primavera fue la culpable, pero casi al mismo tiempo que empezaron a salir las hojas, me comenzaron a brotar las ideas... La primera que tenía que reiventarme, aprovechar mi bagaje profesional y tirar "p'alante. Y aquí estoy, escribiendo la primera entrada de mi blog, en el que espero ir contando mis experiencias".
Y así lo he hecho.
Bien, cierro esta entrada, una vez más con esas dos palabras que no son simplemente un recurso, son un deseo profundo de que lo logréis y espero seguir contando con vuestra compañía.
Sed felices.
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