miércoles, 15 de febrero de 2012

Lotería

Cuentan un chiste que dice que un hombre rezaba intensamente pidiendo que le tocara la lotería. Oraba y oraba sin parar, una semana tras otra, hasta que un día de los Cielos se oye una voz que dice :"hijo, yo hago lo que puedo pero, por favor, compra un décimo..."
A parte de la risa o sonrisa que ocasione, me interesa mostrar a través de él la actitud de algunas personas que se limitan a pedir y pedir sin dar un solo paso para avanzar.
Sabemos que la situación es complicada, que vivimos unos tiempos difíciles y que en algunos casos los horizontes son tormentosos, pero de nada vale desear que la situación cambie, si no somos nosotros los que nos pertrechamos de los medios para cambiar.
El error, en mi opinión, estriba en empeñarnos en pensar en no lo que somos, sino en lo que hacemos. Todos tenemos unas capacidades que desarrollamos en distintos ámbitos. Y esas capacidades son el sustrato para encontrar el lugar donde realizar nuestra tarea.
Hace más de un año, y así tuve la oportunidad de expresarlo a través de este medio, decidí cambiar mi rumbo laboral, pero no así lo que de verdad era y es  mi esencia: soy una muy buena comunicadora. Y lo he sido como profesora (mis alumnos me lo decían, modestia a parte) como lo sigo siendo ahora que me dedico a contar lo que otros dicen y hacen.
Por ello es importante que cada uno de nosotros sepamos que, al contrario que en juego de la lotería, nuestro éxito no depende del azar sino de la oportunidad y del conocimiento de nosotros mismos. Meditar sobre lo que somos y lo que queremos es saber de antemano que nuestro número tiene muchas posibilidades de ser premiado.

Sed felices.

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