jueves, 23 de febrero de 2012

El aburrimiento de la hormiga

Todos conocemos la fábula de la Cigarra y la Hormiga, que dicho sea de paso es uno de los ejemplos de insolidaridad más grandes que conozco.
Y también es de saber general el significado de la moraleja: debes dedicar tu vida a trabajar y ha ser responsable sino llegará el invierno de tu vida y te verás, solo y abandonado, vamos, un "homeless", que decimos los bilingües.
Y este impulso fórmico ha llevado al ser humano a buscar la seguridad y refugiarse entre las cuatro paredes de una casa, sean cuales sean los años que se tarde en pagar la hipoteca, o en una plaza de trabajo seguro, a ser posible en la Administración, que no existe tarea con mayor certificado de permanencia.
Pero  se nos ha ocultado la continuación de la historia. En nuestra retina permanece la imagen de la cigarra caída en el suelo, muerta de frío, mientras que la hormiga rodeada de granos de cebada, se refocila en su propio éxito..... Y hasta ahí llegó el escritor. Pero no es difícil de saber que seguramente, si hubiera una segunda parte la hubieran titulado "El aburrimiento de la hormiga". Encerrada en su hormiguero, con cuatro paredes como horizonte y un día igual a otro, a otro, a otro....
Nuestros genes, los humanos, está programados para vivir a tope los primeros cuarenta años. Hasta entonces estamos en plenitud de facultades. Y durante ese tiempo crecemos y nos reproducimos, bueno, ahora también algunos años después. Y cuando hemos alcanzado la cuarentena  vemos que por delante nos quedan, como poco, otros veinticinco años de trabajo , y en muchos casos sin otra meta que aquella que hemos elegido en pro de la seguridad y el confort a cambio de hacer de nuestra vida una repetición de circunstancias y hechos.
Y he ahí el dilema: seguridad o emoción., hormiga o cigarra ....

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